domingo, mayo 29, 2011

Aumenta el contraste: brillo, luz, y apertura mental del de diafragma.

Hay un contraste muy curioso estos días. Acostumbrados a revoluciones polvorientas, industriales, de climas fríos, sangrientas... la que se produce estos días en las plazas de nuestras ciudades es amable. Ésa es la palabra. Ésa es la grandeza. Quizá es la mejor, y la más eficaz, echando la vista atrás. Ya corrió sangre. La desinformación abundó; la incultura, también. Pero llegaron las libertades. Y sus recortes no fueron traumáticos. Y llegó el descreímiento sobre la utopía. Y llegó la anestesia.

Así, que por una curiosa combinacion de ingredientes, se da un plato novedoso. No sé si es vino viejo en odres nuevos. No lo sé. Pero resulta grato. Hay calma. Hay información. Falta ingenuidad (a otros les sobra).

El balance de blancos no está compensado. Pero algo nos dice que hay que dejar la foto en clave alta: mucho brillo, mucha luz, mucha calma, apertura de diafragma.

Sale el sol. La gente no se altera. Vienen otros y quieren alterar. Se limpia. Se habla. Sin sangre, por favor. Y la foto sale bien. Luminosa, quizás desenfocada. Pero grata.